martes, 28 de marzo de 2017

Cómo se cuela la violencia. Eslogan

La búsqueda en la web acerca de "prevención de la violencia y coeducación" muestra gran cantidad de recursos (artículos, guías, cursos, recomendaciones,...) elaborados desde diversos organismos gubernamentales o no, vinculados a la educación. Desde el Gobierno del País Vasco a la Junta de Andalucía, pasando por organismos como Acció Escolta de Catalunya, la CEAPA e Institutos de la Mujer de todas las C.C.A.A. abordan desde una perspetiva educativa la importancia de prevenir la violencia por medio de la coeducación. No en vano, la educación es un motor de cambio que ha de provocar sinergias dirigidas a la garantía de igualdad de oportunidades. Es, a su vez, uno de los recursos más potentes desde el ámbito estatal para procurar la prevención de la violencia machista y la desigualdad.

El video "La desigualdad no nace, se hace" del Instituto Vasco de la Mujer es una muestra de cómo desde organismos gubernamentales se recurre a formato publicitario para divulgar su campaña de concienciación sobre la importancia de los mensajes que transmitimos a los niños y las niñas, a los chicos y las chicas en la construcción de sus propias identidades en sociedad. Refleja con claridad cómo no son iguales estos mensajes, ni transmiten las mismas expectativas para unos que para otras. En el caso de ellos suelen enfatizar la fortaleza de carácter y la física; y en el caso de ellas, suelen enfatizar el ser serviciales, dóciles y calladas. Desde este punto de partida, ya desigual, si no se hace nada por compensar los prejuicios ni los perjuicios, estaremos reproduciendo los mismos estereotipos, y lo que es peor, asumiéndolos.

Este problema de concepción de roles cobra especial gravedad en las interrelaciones entre ambos sexos. Si las chicos crecen creyendo que han de "proteger" a "su" chica, y las chicas crecen creyéndolo también y que "los celos son normales" por ejemplo, estaremos perpetuando una relacion de subordinación, mermando las posibilidades de dialogar en igualdad, con alternativas que conduccan a la libertad de unos y otras para elegir.

Yo creo que la violencia se cuela en los mensajes que damos, en los que recibimos, en los silencios, en los gestos y en infinidad de momentos y espacios del día y a día motivado por un constructo social ya de por sí perverso. Es urgente no sólo la observación crítica de estos "micromachismos", si no el ejercicio de alternativas visibles que combatan la desigualdad que atenaza.

El eslogan que yo propongo es:

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