Tras la catástrofe en el nuevo hogar descubren nuevos sitios, cajas y rincones donde jugar y divertirse. La mamá ratona encabeza las expediciones con sus crías por el nuevo lugar y disfrutan jugando, tocando la guitarra, y alimentando su curiosidad. El papá ratón aprende a cocinar, y todos y todas se encuentran más felices con la nueva forma de vida.
Es un cuento que concretamente yo tuve la oportunidad de trabajar con grupos de infantil en un proyecto de coeducación del Centro Asesor de la Mujer en mi Comunidad. Es muy divertido y da mucho juego para trabajar la ruptura de estereotipos de forma lúdica y constructiva. Peques y mayores disfrutamos mucho con esta actividad. Recomendable para contar a hijos/as, sobrinos/as, primos/as, tíos/as, abuelos/as y padres y madres, claro!
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